Tan
fácil como el dialogo, así, bajo esa premisa Manuel Rosendo Pelayo terminó con
un conflicto que acabaría con la caída del comisario de la policía municipal
Andrés Chiguil, pero no, sereno, conciliador, el alcalde habló con los
indígenas, optó por el camino más corto, el de la negociación, Rosendo Pelayo
se volvió indígena y los indígenas gobierno y cuál fue la respuesta, el
cumplimiento de sus demandas, y sin gritos ni pataleos, todos fumaron la pipa
de la paz, el alcalde supo usar la mano izquierda.
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