Luis
Velázquez
Apretarse
el cinturón
El secretario de Hacienda y Crédito Público
habló. Y fue apocalíptico. Sin rodeos. Los vientos han dejado de ser favorables
para Enrique Peña Nieto. Y todos, sin excepción, a apretarse el cinturón.
La caía del precio internacional del petróleo
habrá de continuar “de manera permanente”.
El petróleo, pues, se ha abaratado, como en
aquel tiempo de José López Portillo que anunciaba el ingreso de México a la
prosperidad, y de pronto, zas, el petróleo también se descarriló y, lógico, el
gobierno debió aplicarse para administrar la escasez.
Habrá menos ingresos. Decenas de obra pública
anunciada, incluso, necesitará cancelarse.
La austeridad ha llegado y en serio.
¡Y ay de los políticos que sigan excediéndose
en el ejercicio del poder y cayeran en la cínica, abierta y manifiesta
corrupción!
Ni modo: si un hijo más de Gustavo Madero,
líder nacional del PAN, contrae nupcias…ya no podrá tener el año de luna de
miel que ha usufructuado el último.
Ni modo: si la hijita del presidente de la
república viaja al extranjero con sus padres a eventos oficiales y estrena un
vestido de más de cien mil pesos, Peña Nieto absorberá las consecuencias con el
descrédito.
Ha sonado la hora insoslayable de reducir
gastos en la administración pública; pero también en casa.
Peor tantito, si como dijo el secretario de
Hacienda, hay un mercado financiero volátil.
Y, por tanto, “no sabemos cuándo y cómo
ocurrirá” una alza en las tasas de interés en Estados Unidos que incidirán en
todos los países del mundo, y más, mucho más en las naciones vecinas como
México.
La reversión en flujos de capital está ahí, a
la vuelta de la esquina.
Se trata de un tiempo inédito.
Una nueva realidad avasallante que termina de
golpe con el triunfalismo peñista.
Y, por añadidura, en todas y cada una de las
entidades geográficas de la nación.
CUIDADO CON UN ESCÁNDALO MÁS DE CORRUPCIÓN
Cuídense, pues, los políticos y los
funcionarios públicos de un escándalo más de corrupción, porque entonces, el
pueblo, el ciudadano que vota en las urnas, el contribuyente, habrán de
rebelarse.
Ningún especialista vislumbra un México
revuelto. El despertar de aquel país bronco del que hablaba Jesús Reyes
Heroles.
Pero con la austeridad más intensa que
viviremos, cualquier escándalo de deshonestidad, con todo y el llamado Sistema
Nacional Anticorrupción, será catastrófico para las elites gobernantes.
Quizá una huelga del pago de impuestos.
Acaso el sufragio en las urnas en contra de
los candidatos de los partidos políticos a un cargo de elección popular.
Quizá una huelga de pagos en los servicios
públicos.
Acaso la indolencia ciudadana para participar
en programas de beneficio colectivo.
Quizá el abucheo a los políticos en sus
eventos.
“No
sabemos cuándo y cómo ocurrirá” el día del Juicio Final, cuando de pronto, la
austeridad se traduzca en una vida común ríspida, terrible, canija,
apocalíptica.
Pero el pueblo, dice un indígena, es como una
mula: de pronto, harto de la carga, se detiene, se sacude, la tumba y se amula.
El ciudadano también tendrá el legítimo
derecho a amularse.
VIVIR CON LA JUSTA MEDIANÍA
Y es que, bueno, con todo y la caída
internacional del petróleo la verdad republicana y juarista se ha impuesto
solita, por su peso natural.
El político, el hombre público, todos los
niveles de gobierno… han de vivir con la justa medianía de su salario.
Y siempre, todos los tiempos, con
austeridad…por más, mucho más dinero, incluso, existente en las arcas públicas.
Si una familia, por ejemplo, de pronto siente
vientos favorables en su economía y se descarrila gastando sin ton ni son,
entonces, tarde o temprano el precipicio la espera.
Tal cual la historia se reproduce con la
economía pública.
Por el contrario, si tanto la familia como la
elite gobernante asumen la austeridad como forma de vida permanente, salvo un
tsunami, siempre habrá estabilidad en la economía… lo que ahora, por cierto,
está en riesgo.
Pero, además, el ciclo es irreversible: de la
inestabilidad económica se pasa a la inestabilidad social y política.
Son tres de los males del Apocalipsis.
“SÓLO
PUEDO OFRECER SANGRE, DOLOR Y LÁGRIMAS”
Ya dirán los especialistas el tiempo que
vendrá.
Ya veremos los ciudadanos la vida pública en
puerta.
Pero “el choque permanente en los ingresos”
de que habla el secretario de Hacienda ha de resonar de norte a sur y de este a
oeste de la nación.
Winston Churchill lo dijo en el siglo pasado:
‘’Sólo
puedo ofrecer sangre, dolor y lágrimas’’.
Claro, era el tiempo de la segunda guerra
mundial; pero que, no obstante, puede repetirse en América Latina, en el mundo,
en México, en Veracruz.
Con el petróleo más barato, y más en los
pueblos cuya economía depende de tales recursos, a vivir a todos algún capítulo
dramático de la recesión en Estados Unidos en los años 20 del siglo anterior.
Nadie, claro, llegará a la hambruna; pero sí
al desempleo y a los bajos salarios en que todos estamos atrapados y, por
tanto, quizá al hambre.
Nadie tomará las armas para rebelarse; pero
el coraje social se multiplicará en contra de las elites en el poder político
que han llevado a México a los primeros lugares mundiales en corrupción.
Sólo los carteles y cartelitos seguirán
robando Frutsis y refrescos; pero de igual manera todos necesitaremos
apretarnos el cinturón para salvar lo fundamental, que es la estabilidad
familiar, con todo y austeridad, como cada quien ha de vivir toda la vida.
ENTÉRESE RÁPIDO
ACEVAC pide investigar a Pedro Montalvo en
Espacios Educativos. Siempre calló con Xóchilt Tress.
Tomada Supervisión de Telesecundarias de SEV
durante dos semanas.
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puerto jarocho.
Adeuda Duarte $11 millones al ADO desde
Juegos Centroamericanos.
¿Guerra sucia? Ahora renunció candidata del
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Compiten en riña deportiva polis de Bermúdez.
Fuego cruzado en Cabada. Cuatro muertos.
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Mágico de Harry Grappa.
Objetivo del PRI jarocho: ganar 21 curules
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