Arturo Reyes Isidoro
Arzobispo;
actitud obsequiosa
En Acapulco, en lo alto del cerro El
Guitarrón, existe la Capilla Ecuménica La Paz, mejor conocida como Capilla de
la Paz. Si bien junto a ella está una cruz de 42 metros que la hace visible
desde cualquier lugar de la bahía, fue construida por la familia Trouyet con la
intención de que personas de diferentes creencias puedan encontrar un lugar
espacioso, de armonía y espiritualidad para orar, independientemente de sus
creencias. Tiene una inscripción que dice: “La capilla de la paz es
interdenominacional, por lo cual está abierta a toda raza humana, sin importar
su religión o credo”.
Me ha gustado estar ahí. Invita a la oración,
a la meditación, a la reflexión, a la introspección. El propósito con el que
fue construido me gusta. La religión humana es una sola. Dios no distingue, no
toma partido, es neutral y está por encima de todos. Esta reflexión, en mi
corto entendimiento.
Como pocas veces en lo que va de la actual
vocería del Arzobispado de Xalapa, el mensaje dominical de antier hizo un
severo cuestionamiento a las comparecencias de los secretarios de despacho ante
la diputación local con motivo del Cuarto Informe de Gobierno, algo que con
excepción del grupo legislativo del PAN ningún otro partido de los llamados de
oposición ha hecho.
Firmado por el presbítero José Manuel Suazo
Reyes, director de la Oficina de Comunicación Social, el documento oficial de
la Iglesia Católica adoptó una actitud crítica con el Gobierno del Estado, de
la que había estado bastante ausente desde que dejó la vocería el presbítero
José Juan Sánchez Jácome, señalando que la realidad no se ve reflejada en las
comparecencias, por lo que demandó que los secretarios se acerquen más a ella y
no estén tan alejados de lo que la mayoría de la población percibe a diario.
En la parte más severa del cuestionamiento,
se dijo que “no hay que maquillar la realidad ni apantallar con cifras
exageradas; recuento objetivo de los logros, es bueno decir lo que se ha
alcanzado, no hay que apropiarse o presentar como suyo lo que pertenece a otros
niveles de gobierno, eso es plagio político; es muy sano reconocer los propios
límites y los pendientes”.
“Un aspecto que los comparecientes deben
tener también presente son las expresiones del hartazgo social que las
manifestaciones y protestas están evidenciando; existe un sentimiento de
indignación que la sociedad ya no soporta y que no se puede ocultar. Esta
realidad no debería estar ausente en las comparecencias, forma parte de la
realidad”.
En pocas palabras, expresó que no son
creíbles las cifras que se han dado y que lo que se ha dicho nadie se lo cree,
e incluso que es insultante.
No tengo idea de cómo se manejan adentro de
la estructura religiosa católica, pero el tono bien podría interpretarse como
una forma de tomar distancia del poder político y de lavar la cara de la
Iglesia luego de que dos días antes el arzobispo Hipólito Reyes Larios había
acudido al Congreso del Estado para avalar lo que dijo en su comparecencia el
secretario de Gobierno Erick Lagos Hernández, eso que dice Suazo Reyes que no es creíble y que es insultante.
Resulta sorprendente el comportamiento que
tuvo ese día el prelado, pues según las notas informativas, cual diputado más o
uno de los achichincles que traen todos los secretarios, llegó flanqueando,
escoltando a Lagos a su comparecencia, y al término del acto poco le faltó para
que se pusiera una playera roja, una cachucha del PRI, tomara su matraca y le
empezara a echar porras al isleño, pues contrario a lo que dijo el domingo el
vocero Suazo Reyes, el arzobispo afirmó que su “amigo” ha hecho un buen trabajo
y que si pudo llegar a ser secretario de Gobierno, ”haría un muy buen papel
como diputado federal, lo hará de manera excelente”, lo que los reporteros
tomaron como un virtual destape de Erick como candidato a diputado federal
priista por Acayucan.
Con toda elegancia y comedimiento, el mitrado
pudo haber evadido declarar sobre cualquier tema político partidista, sobre
todo político partidista priista, diciendo que él habla sólo sobre su labor
pastoral y sobre los problemas que afectan a sus ovejas, a sus feligreses, sin
distingos partidarios, pero le afloró el priista que lleva adentro. Tiene razón
el diputado local panista Julen Rementería en el reproche que le hizo de que
con su actitud ofende a los católicos que no creen en el PRI “y porque rebasa
todos los límites”, pues él debiera ser neutral, una Capilla de la Paz como
representante de la Iglesia, sin tomar partido y menos político.
Pero da tristeza que el líder espiritual más
importante de Veracruz, con su actitud y sus declaraciones haya avalado,
además, el derroche y dispendio que hizo el secretario de Gobierno para
autoproclamarse a costa del erario público, cuando cientos, miles, millones de
devotos viven en la miseria y necesitan de esos recursos que se malgastan. Pero
el arzobispo no vio nada de eso, no lo censuró.
Me resisto a creer que Reyes Larios tuvo esa
actitud obsequiosa con el funcionario porque declaró que lo ha apoyado,
olvidando, en todo caso, que el dinero no es suyo, de su bolsa, sino de sus
feligreses que lo pagan en forma de impuestos.
Pactó
Bermúdez reuniones incluso con panistas
Adelantó ayer Ciro Gómez Leyva, que esta
semana el presidente Peña Nieto anunciará una serie de medidas, que no se le ve
otro objetivo que hacer frente a la crisis que vive su gobierno. Su exclusiva
se confirmó oficialmente. El periodista dijo que el Sistema Nacional
Anticorrupción lo encabezará el PAN.
Ayer, en Xalapa, tras una larga
comparecencia, el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita,
pactó con los diputados locales, algunos de origen panista, reuniones
periódicas para abordar juntos, en acuerdo y entendimiento, temas relacionados con
la seguridad de sus zonas. El diálogo es necesario, positivo, más cuando es con
el opositor, lo que lleva al equilibrio. Su área es tal vez la más difícil y
cuestionada. Salió del paso, pero ojalá, como lo pronunció, no nos falle.
Jardineras verticales
Me escribe un lector, que se ve que
tiene en buena estima al alcalde Américo Zúñiga. No lo baja de hombre culto,
“que se ilustra, que lee, que ha viajado por el mundo”, todo ello para
preguntarle por qué no se decide a rescatar las fuentes de oxigeno que constituyen
los jardines verticales, que por falta de mantenimiento están muriendo
colgados en los muros de algunos edificios de la ciudad.
Una ciudad, me dice, con mejor
calidad del aíre y la salud de miles de xalapeños bien vale la pena el
esfuerzo, más allá de si los puso su antecesora Elizabeth Morales y de si
existe o no una buena relación con ella.
Argumenta: Las jardineras verticales son una
propuesta vanguardista que está teniendo gran éxito en varios países europeos,
pero principalmente en España, porque no se trata sólo de poner plantas en las
paredes y pilares de edificios; más allá del valor estético que tienen, un
metro cuadrado de ellas genera el oxígeno que un ser humano requiere para vivir
un año; además de que estos ecosistemas son una solución a la contaminación
atmosférica porque reducen los gases nocivos.
Agrega: Por ejemplo, un jardín
vertical sobre un edificio con una fachada de 60 metros cuadrados en la que se
haya implantado este sistema tiene capacidad para filtrar en un año 40 toneladas
de gases nocivos. Afirma que no son un estorbo, algo inútil a lo que no vale la
pena invertirle.
Sostiene que esto lo dicen expertos
a nivel mundial, y que a nivel local lo han repetido especialistas como el
paisajista Ignacio Solano, el maestro en Ciencias Roberto Ruiz, y la
investigadora Mónica Palacios, quienes han impartido sobre el particular
cursos y seminarios en el Instituto de Ecología de Xalapa (INECOL).
Me pareció interesante el tema y ahí
queda para la consideración.
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