Luis
Velázquez
El peor
error de Duarte
Mientras Barack Obama ha repatriado a 500 mil
niños mexicanos nacidos en Estados Unidos y cada día repatria mil cien
mexicanos, el farsante vicepresidente Joe Biden desayuna en su residencia
huevos con chorizo, aguacate, salsa pico de gallo y tortillas de maíz echadas
en un comal y cocidas en un brasero.
Y, bueno, atrás del discurso rollero de uno y
otro, la estadística es fría como fríos son los números. Pero al mismo tiempo
cada número significa una historia de vida terrible y dramática por los días y
los años que los mexicanos y el resto de latinos están padeciendo en la nación
vecina.
Y más, por lo siguiente: en 19 de los 50
estados del país norteamericano predominan leyes raciales, xenófobas y
racistas.
Pero además, el fracaso de Barack impulsando,
según él, la reforma migratoria.
Y por añadidura, el blindaje de la policía
gringa en la frontera norte, donde persiguen a los migrantes con perros
amaestrados y helicópteros hasta en la noche.
Así, entre el medio millón de niños y los mil
cien mexicanos que cada día repatria Obama han de existir, sin duda, decenas,
cientos quizá de paisanos de Veracruz.
Y más por lo siguiente: hay pueblos en la
tierra jarocha donde de cada diez hombres seis, mínimo, emigran a Estados
Unidos y la frontera norte, pues aquí, en su medio ambiente, el secretario de
Desarrollo Económico, el exquisito Érik Porres Blesa constituye un fiasco para
alentar la creación de empleos por más incienso que él mismo se tire alardeando
lo contrario.
Y como dice el investigador de la UV, Rafael
Arias Hernández, las remesas se han convertido en el sostén número uno de la
economía en Veracruz.
Y, bueno, a pocos, mejor dicho, a ninguno de
los funcionarios del sexenio próspero interesa que los paisanos sigan migrando
a EU ante la falta de oportunidades laborales.
Bastaría referir que en el Plan Estatal de
Desarrollo 2011-2016 en una sola ocasión mencionan la palabra migrante, lo que
reitera el menosprecio, la indiferencia y la apatía por el asunto migratorio.
Más, mucho más hacen “Las patronas” de
Amatlán y las ONG y los sacerdotes de la iglesia católica ocupados y
preocupados en el tema.
Ni hablar, el sexenio próspero ha vivido los
últimos tres años con cinco meses y ocho días de espaldas a la realidad
migratoria, no obstante que a las 12 días de haber tomado posesión el
gobernador se fue a Manhattan y cargando el estandarte de la Virgen de
Guadalupe (Hidalgo en la guerra de Independencia, Vicente Fox al tomar
posesión) anduvo caminando con migrantes en las calles y avenidas de la ciudad
norteamericana.
Ningún miembro del gabinete interpretó el
significado del hecho y la circunstancia, y por eso Veracruz ha merecido el
descrédito en el país y en el resto del mundo como el peor estado de México
para el paso de ilegales procedentes de América Central (Guatemala, Salvador,
Honduras y Nicaragua) con destino a Estados Unidos.
ENCUBREN EXPLOTACIÓN Y CRECE RACISMO
De acuerdo con algunas ONG (Red Mexicana de
Acción Frente al Libre Comercio, Frente Auténtico del Trabajo, Federación
Estadunidense del Trabajo y el Consejo Laboral por el Progreso
Latinoamericano), “el gobierno mexicano no ha creado un programa de ayuda”
colateral ante la decisión de Obama de estar deportando a mil cien mexicanos
por día.
Según ellos, en nombre de la diplomacia
internacional el peñismo se queda callado y apuesta, de manera equivocada, a
negociar tratados de trabajadores temporales, que son, en efecto, simple
paliativo.
Y más, si se considera que, incluso, hasta
con el programa huésped que Estados Unidos apuesta a suscribir (es decir, en
futuro, a ver si se arreglan), los indocumentados verán reducido sus salarios y
trabajarán sin derechos laborales.
Y más ahora en las circunstancias actuales
cuando los migrantes están chambeando “tres veces más y reciben apenas 8
dólares por hora, cuando el salario debería ser de 15 dólares”.
Así, dicen las ON: “Están tapando la explotación
y el creciente racismo” (La jornada, 6 de mayo, 2014).
RECORDATORIO A TIEMPO
Está claro que en el Estados Unidos de Obama
“sólo están buscando sacar el mayor provecho de los migrantes y después
desecharlos como si fueran objetos”, dice Enrique Lazcano, representante del
sector de economía social del Frente auténtico del Trabajo.
Y tal escenario debiera servir de punto de
referencia al gobierno de Veracruz para fortalecer la política económica y
arraigar a los paisanos en sus pueblos de origen, más allá de aquel populismo,
demagogia y mesianismo de Fidel Herrera cuando fuera gobernador con el programa
llamado “Los juarochos”, a quienes regresó de la frontera norte y Estados
Unidos para hundirlos en la miseria y la pobreza, y todavía peor, dejarlos en el
abandono, a la deriva, luego de su pasarela mediática.
Queda claro: si en la Biblia hablan de
pueblos migrantes, el éxodo de Veracruz a Estados Unidos, como de América
Central y del resto de la nación, nunca desaparecerá.
Pero al mismo tiempo, puede abatirse con
voluntad política para dar seguimiento a la creación de empleos, lo que en el
cuarto año de gobierno por ningún lado se percibe para dignificar la calidad de
vida de los necesitados.
Y en caso de darse como ocurre en otros
estados, de pronto resulta que aflojan el paso, como en Oaxaca, donde el
gobernador Gabino Cué Monteagudo facilitó, primero, el paliativo a los
migrantes hondureños de autobuses para trasladarse de un extremo a otro de la
entidad, librando secuestros y asaltos, y luego, de pronto, los dejó colgados,
según denunciara la Casa del Migrante de Ixtepec.
Así, pues, solo quedaría recordar a Érick
Lagos, Érik Porres, Claudia Ramón Perea y José Tomás Carrillo, que cada día,
Obama repatria a mil cien mexicanos y a la fecha ha deportado a 500 mil niños
hijos de padres mexicanos nacidos en Estados Unidos, entre quienes hay, sin
duda alguna, paisanos de Veracruz.
La secretaría de Comunicaciones y
Transportará invertirá 300 millones de pesos en las escolleras en el puerto
jarocho, pero la obra pública quedará en manos de una empresa extranjera,
asociada, quizá, a una nacional, pues en la convocatoria hay un plan con maña…
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