viernes, 25 de abril de 2014

EL TRANSFUGA POLITICO EN MEXICO Y VERACRUZ.



Julio Alonso Iglesias
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra tránsfuga como: persona que cambia de una colectividad a otra o partido, persona que cambia de bando.
En México la ideología política en los partidos políticos es letra muerta.
Son muy pocos los políticos que conocen los estatutos, principios ideológicos e incluso la historia de su propio partido. Y esta ignorancia se da en los militantes de cualquier rincón del país. Es célebre el caso del diputado panista Raúl Padilla que quería desaparecer la UNAM, y en un encuentro con el que fuera Rector de la Máxima casa de estudios el Dr. Juan Ramón de la Fuente ante los medios de comunicación a nivel nacional e internacional, el Rector le obsequió un libro del fundador del PAN Manuel Gómez Morín, donde  defiende a la UNAM, y de paso le informa que también Morín fue Rector de la UNAM. El Diputado panista quedó de esta manera exhibido y humillado por su enorme ignorancia y arrogancia.
En México existen gran cantidad de diputados y senadores que han cambiado de partido como de calzón, y lo peor es que existen algunos que incluso han recorrido todos los partidos políticos existentes. Ejemplo tenemos a Porfirio Muñoz Ledo, (todo un “tutti-fruti” de la política). Y a nivel Local Veracruzano a los Secretarios de obra pública y de Desarrollo económico, gente que no dudó en abandonar sus ideales cuando les llegaron al precio de su chuleta.
Por su parte el Gobernador Duarte le gusta jugar a casa de adopciones de panistas desterrados.
Algunos de estos camaleones prostituidos de la política, incluso regresaron a su partido original a pesar de haber traicionado ideales y demostrado hasta el cansancio que carecen de ellos.
Sin embargo el problema no es del indio sino del que lo hace compadre, y la raíz de la podredumbre proviene de los mismos partidos que ante la ausencia de dignidad y de una ideología política auténtica, aceptan esta clase de mercenarios que buscan beneficiarse con puestos en la administración pública en los tres niveles de gobierno.
 En países como Gran Bretaña, la gente que abraza una ideología, es fiel a esta hasta la muerte, sin embargo en México es normal cambiar de partido, ya que no existe ideología en los partidos políticos, y tampoco vetan a los aspirantes que incluso tienen una ideología opuesta a la misma a la hora de ingresar. Y peor aun los líderes de los partidos, invitan a gente que perteneció a otros grupos incluso ideológicamente puestos, bajo el pretexto de atraen “buen cartel” y  “jalan votos”. Esto explica porque cuando se presentan proyectos políticos, sociales y económicos en el congreso, no se percibe si son de izquierda o derecha ya que todos están cortados con el mismo molde de la corrupción.
Es falso que se evalúe a los aspirantes con seriedad, algunos aplican un examen que todos conocen la respuesta, e incluso al más ignorante se le ayuda en contestarlo. Y los que se dicen fieles herederos de su militancia, en un examen real, reprobarían ya sea desde el asesor o secretario gato, hasta el gobernador en turno.
Es lamentable que la mayoría de los funcionarios sean ignorantes en términos de profesionalismo en materia de administración pública, ya que son elegidos por compadrazgo y no por su capacidad y menos por su ideología, con el consiguiente descrédito de gobiernos y partidos que representan.
La reflexión es suya, hasta la próxima.

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