Julio
Alonso Iglesias
El Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española define la palabra tránsfuga como: persona que cambia de una
colectividad a otra o partido, persona que cambia de bando.
En México la ideología política en los
partidos políticos es letra muerta.
Son muy pocos los políticos que conocen los
estatutos, principios ideológicos e incluso la historia de su propio partido. Y
esta ignorancia se da en los militantes de cualquier rincón del país. Es célebre
el caso del diputado panista Raúl Padilla que quería desaparecer la UNAM, y en
un encuentro con el que fuera Rector de la Máxima casa de estudios el Dr. Juan
Ramón de la Fuente ante los medios de comunicación a nivel nacional e
internacional, el Rector le obsequió un libro del fundador del PAN Manuel Gómez
Morín, donde defiende a la UNAM, y de
paso le informa que también Morín fue Rector de la UNAM. El Diputado panista
quedó de esta manera exhibido y humillado por su enorme ignorancia y
arrogancia.
En México existen gran cantidad de diputados
y senadores que han cambiado de partido como de calzón, y lo peor es que
existen algunos que incluso han recorrido todos los partidos políticos
existentes. Ejemplo tenemos a Porfirio Muñoz Ledo, (todo un “tutti-fruti” de la
política). Y a nivel Local Veracruzano a los Secretarios de obra pública y de
Desarrollo económico, gente que no dudó en abandonar sus ideales cuando les
llegaron al precio de su chuleta.
Por su parte el Gobernador Duarte le gusta
jugar a casa de adopciones de panistas desterrados.
Algunos de estos camaleones prostituidos de
la política, incluso regresaron a su partido original a pesar de haber
traicionado ideales y demostrado hasta el cansancio que carecen de ellos.
Sin embargo el problema no es del indio sino
del que lo hace compadre, y la raíz de la podredumbre proviene de los mismos
partidos que ante la ausencia de dignidad y de una ideología política
auténtica, aceptan esta clase de mercenarios que buscan beneficiarse con
puestos en la administración pública en los tres niveles de gobierno.
En
países como Gran Bretaña, la gente que abraza una ideología, es fiel a esta
hasta la muerte, sin embargo en México es normal cambiar de partido, ya que no
existe ideología en los partidos políticos, y tampoco vetan a los aspirantes
que incluso tienen una ideología opuesta a la misma a la hora de ingresar. Y
peor aun los líderes de los partidos, invitan a gente que perteneció a otros
grupos incluso ideológicamente puestos, bajo el pretexto de atraen “buen
cartel” y “jalan votos”. Esto explica
porque cuando se presentan proyectos políticos, sociales y económicos en el
congreso, no se percibe si son de izquierda o derecha ya que todos están
cortados con el mismo molde de la corrupción.
Es falso que se evalúe a los aspirantes con
seriedad, algunos aplican un examen que todos conocen la respuesta, e incluso
al más ignorante se le ayuda en contestarlo. Y los que se dicen fieles
herederos de su militancia, en un examen real, reprobarían ya sea desde el asesor
o secretario gato, hasta el gobernador en turno.
Es lamentable que la mayoría de los
funcionarios sean ignorantes en términos de profesionalismo en materia de
administración pública, ya que son elegidos por compadrazgo y no por su
capacidad y menos por su ideología, con el consiguiente descrédito de gobiernos
y partidos que representan.
La reflexión es suya, hasta la próxima.
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