Arturo Reyes Isidoro
Al fin,
la obra, para constructores locales
A finales del año pasado, durante una reunión
privada con la cúpula empresarial de Xalapa a la que asistí como invitado del
senador José Francisco Yunes Zorrilla en la que se trató el tema de la reforma
fiscal y hacendaria que se discutía en el Congreso federal, al final surgieron
comentarios producto de la inquietud y quejas de los hombres de negocios por lo
que consideraban situaciones anómalas en la asignación de la obra pública
oficial en el estado.
El comentario, que no se aguantaron algunos,
fue que la mayoría, por no decir que toda la obra estaba siendo asignada a
constructoras del Estado de México y de Hidalgo, lo que se entendió como un
reproche al favoritismo por ser esas entidades los estados de origen del
Presidente y del Secretario de Gobernación. Incluso entonces saltó el tema de
las obras inconclusas o mal acabadas, lo que después afloró cuando Gerardo
Buganza llegó a la hoy Secretaría de Infraestructura y Obra Pública.
Por
eso, a mi juicio, cobra relevancia la confirmación que hizo ayer el gobernador
Javier Duarte de Ochoa (ya Buganza en su momento lo había adelantado en su
nombre) de que la obra pública en el estado será para constructores locales,
con el propósito también de eliminar “el mito de que las grandes constructoras
nacionales desplazan a las locales”, así como su instrucción de que se firmen
nuevos convenios de colaboración que eliminen burocratismo y corrupción y que
dinamicen la transparencia en el uso de los recursos.
Ya
Buganza ha adelantado al respecto que no se darán más anticipos a constructoras
que quieran hacer obra, pero que en cambio contra comprobación de recursos
ejercidos y obra avanzada se irán pagando las llamadas ministraciones y una vez
concluida la obra se pagará la totalidad a más tardar en un mes, todo producto
de la mala experiencia que dejaron pasadas administraciones de la entonces
Secretaría de Comunicaciones, que pagaron anticipos, nunca se hizo la obra e incluso
la dieron por concluida y pagaron el total, lo que por cierto parece que no van
a castigar pues ayer la mayoría de diputados locales aprobó la Cuenta Pública
de 2012 y todo lo redujeron a faltas administrativas.
La
noticia-confirmación de Duarte ayer es buena. Si se cumple, forzosa y
necesariamente se impactarán las economías regionales y las mesas de los
veracruzanos, cuya mano de obra era desplazada por fuereños, que además se
llevaban todas las ganancias. Los bonos de Buganza crecen.
La
campaña de Madero en Veracruz
La elección (o reelección) del nuevo
dirigente nacional del PAN puede poner en un verdadero brete a los operadores
políticos del Gobierno del estado: ¿moverán sus tentáculos para, trasmano,
apoyar a fin de que los consejeros albiazules veracruzanos apoyen la reelección
de Gustavo Madero?
Porque resulta que el gobierno de Enrique
Peña Nieto está a gusto, tan a gusto con Madero que hará lo que pueda para que
el barbón siga en la dirigencia de su partido y de paso continúe apoyando el
Pacto por México y todas las iniciativas peñistas, como hasta ahora lo ha
hecho.
La complicación en el estado es porque, según
se comenta en círculos panistas, el grupo político de Miguel Ángel Yunes
Linares se ha decantado por Madero y en el sector oficial de Veracruz un beso
de Miguel es como un beso del diablo; pero si en todo caso Madero fuera
reelecto, el grupo boqueño se fortalecería.
¿Qué hacer? ¿Apoyar a Peña apoyando a Madero
aunque Yunes Linares juegue en ese equipo?, o,
¿tratar de bloquear a Madero para bloquear a Miguel Ángel aunque con
ello se bloquee a Peña?
Por lo
pronto, en el estado se está a la espera de la llegada del coordinador de la
campaña de Madero, Sergio Barraza, quien estará 60 días en tierras
veracruzanas, lapso que durará la campaña (la elección o reelección deberá ser
entre abril y mayo).
En el escenario nacional panista Veracruz
cobra relevancia porque es el estado con el mayor padrón de militantes
blanquiazules, unos veintidós mil, por encima del Estado de México y Jalisco, y
de ahí que los reflectores se enfoquen hacia tierras jarochas.
Mientras, los albiazules locales están en
pleno proceso para elegir a los nuevos dirigentes municipales así como a los
aspirantes a consejeros nacionales, a quienes se elegirá el próximo 1 de marzo (de
1,600 que llegarán como aspirantes sólo saldrán 18 consejeros, 60 por ciento
hombres y 40 por ciento mujeres).
El domingo pasado ya hubo la elección en
varios de los 165 municipios donde tienen derecho a hacer propuestas (porque de
los 212 son los que tienen más de 31 miembros activos) y este domingo tendrán
que completar el proceso.
A diferencia de los priistas donde los
delegados se designan por dedazo, los panistas aparte de sus propuestas de
aspirantes y su elección en una asamblea estatal, también pueden obtener el
derecho a participar como aspirantes a ser consejeros pasando un examen que
aplica el Comité Ejecutivo Nacional.
En diciembre, alrededor de unos 200
militantes se sometieron a dicho examen, para lo cual tuvieron que cumplir con
los requisitos, entre ellos los de conocer al derecho y al revés los nuevos
Estatutos, prueba que sólo pasaron unos 80.
Entre los activos del PAN se prevé que
algunos que por su experiencia y su presencia partidista serán elegidos
consejeros son Juan Bueno Torio, Julen Rementería del Puerto, Enrique Cambranis
Torres (en realidad ellos son los tres poderosos que manejan actualmente el
Comité Directivo Estatal), Bernardo Téllez Juárez, Tito Delfín Cano, Domingo
Bahena Corbalá, Federico Salomón Molina, Agustín Basilio de la Vega, Omar
Miranda Romero, José Mancha Alarcón y Gonzalo Herrera Barreda.
Toda esa nómina votará para reelegir a
Gustavo Madero o elegir entre Josefina Vázquez Mota, Juan Manuel Oliva y
Ernesto Cordero Arroyo. La ruleta ya está girando. Supuestamente los panistas
buscan la unidad. Ya se verá qué tanto la logran después de sus asambleas.
El
emplazamiento del Setsuv
Hasta ayer había indefinición sobre si el
Setsuv, el sindicato de técnicos y manuales de la Universidad Veracruzana,
aceptará el ofrecimiento que le ha hecho la Rectoría de aumento de sueldo, o si
estalla la huelga el próximo domingo. Esta será la primera negociación de la
rectora Sara Ladrón de Guevara. Y una vez que se resuelva lo del Setsuv, atrás
viene el emplazamiento del Fesapauv, el sindicato de académicos.
De todos modos, para como andan las finanzas
estatales, cualquier aumento, el porcentaje que sea, será una terrible loza más
sobre las endebles arcas públicas del estado. Y a los trabajadores de la UV, a
esos sí no se les puede fallar pues constituyen una fuerza que ningún gobierno
antes ha querido inquietar.
Lectores, hago el fin de semana largo o
minipuente. Nos encontramos el martes. ¡Ah! Y buen provecho por los tamales de
La Candelaria.
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