LOS DESFIGUROS DE FARARONI

Daniel Ramos F.

En completo estado de ebriedad, haciéndose el chistosito, el ex alcalde Rafael Fararoni el pasado jueves 16 de Enero llegó solo y su alma al campo de Béisbol “Aurelio Ballados” durante el segundo juego de la serie final de Los Brujos, balbuceando se paró frente a Jorge Carvallo el Presidente del Club Brujos de los Tuxtlas, lo saluda y le dice “Como estas amigo”, él le contesta, “bien, siéntate”; al lado del Secretario particular del gobernador Duarte se encontraban los alcaldes Manuel Rosendo Pelayo (San Andrés), Santiago Avendaño Barrios (Cabada), Lorenzo Velásquez Reyes (Hueyapan), Homero Gamboa (Tlacotalpan), el Arq. José Octavio Rojas Aldana (Periódico San Andrés) y Gaspar Gómez Jiménez (ex alcalde de Hueyapan), todos en amena camadería, de pronto Fararoni pide al cubetero 2 six de cervezas que no le quería pagar diciéndole “búscame mañana en la Corona” a lo que el cubetero le respondió “su negocio es allá, a mí me las cobran aquí así que páguemelas”, las pagó y las empezó a repartir entre los asistentes.

En esos momentos entre el público circulaba el periódico “San Andrés”, de pronto, el ex alcalde se dirige al “Che” Rojas diciendo “que para mí no hay?”, “claro” le responde Octavio, y le da un ejemplar lo lee y de pronto ya iracundo le dice, “esto no es cierto”, se refería a una nota que aludía que había dejado quebrado el Ayuntamiento, soberbio como fue en su administración, intentó írsele encima al Ché, entra como réferi Manuel Rosendo, le dice a Fararoni, “ya no hagas espectáculo, aquí está Carvallo”, y como dice el refrán que el borracho no como lumbre, se dio la vuelta y emprendió la graciosa retirada, tal como vino, solo y su alma.

Fararoni Mortera, gustó de las delicias del poder, se embriagó en él, abusó de él y pensó que ese pinche poder no se acabaría, hoy vive la soledad, la nostalgia de no tener aduladores y bufones que le aplaudan todas sus pendejadas y que hoy literalmente le voltean la cara ya que estando presente en el juego ni siquiera lo voltearon a ver, hoy añora ese poder, y como dijeran entre el público, ahí llegó ese “pelele” que dejó bien tronado a San Andrés.