Dr. Andy Escribano Pérez
ANTIFÚNGICOS
Y SU MANEJO EN MEDICINA ORAL
Este
tipo de fármacos antifungicos o antimicóticos son compuestos utilizados en el
tratamiento de las infecciones causadas por hongos, aunque algunos de ellos
posee acciones sobre otros agentes capaces de causar infección en el ser humano.
En
la cavidad oral, los hongos del género Candida son los que con más frecuencia
producen patología aun que en circunstancias normales existen en un porcentaje
elevado de individuos. Distintos factores, bien locales o sistémicas, hacen que
resulten patógenas.
Uno
de los medicamentos es la nistatina. Es un antifúngico poliénico, como la
anfotericina B, estos agentes se fijan a los esteroides de la membrana y como
consecuencia se forman poros y canales que aumentan la permeabilidad y permiten
la salida de elementos intracelulares vitales para el hongo.
Es
un antibiótico de aplicación exclusivamente tópica, ya que por vía sistémica es
muy toxico. Apenas se absorbe por el trato gastrointestinal.
Existen
diversos preparados en el mercado, pero las tabletas vaginales chupadas
resultan ser lo más adecuado para los candidiasis de la cavidad bucal
(seudomembranosa, eritomatosa, etc.). La dosis recomendada es de 4 tabletas
diarias y se debe mantener el tratamiento hasta una semana después de remitir
los síntomas.
En
caso de estomatitis subprótesis, puede utilizarse usando la prótesis a modo de
férula, un preparado de orabase al que se le añade la nistatina. (100.000 m/g).
También
como medicamento utilizado por vía tópica se dispone del miconazol. Este
compuesto pertenece al grupo de imidazoles y triazoles que son unos compuestos
que se comportan como fungicidas a altas concentraciones y fungistáticos a
bajas concentraciones. Su mecanismo de acción consiste en inhibir la síntesis
de ergosterol, inhibir la cadena respiratoria del hongo al bloquear la cadena
de transporte de electrones y parece que también impiden la transformación de
elevaduras en hifas. Se utiliza en dosis de 100, 50 y 25 mg, cuatro veces al
día, en adultos, niños y lactantes respectivamente. Es de elección en niños y
lactantes por su facilidad de aplicación, ya que comercialmente está disponible
en forma de gel oral.
También
es adecuado en la queilitis angular, ya que tiene una acción bacteriostática.
En
los pacientes con sida en cuyo caso que la medicación tópica no haya dado
resultados, se debe utilizar un antifúngico por vía sistémica. Se utiliza el
ketoconazol. Se usa en dosis de 200 mg una o dos veces al día, en niños de 2 a
5 años 50 mg diarios y en edades entre 5 y 12 años, 100 mg; no se debe usar en
niños menores de 2 años.
Dr.
Andy Escribano Pérez, Consultas Matías Romero No. 4 TEL.- 94-2-22-31 y Cel.-
294-105-63-64
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