sábado, 21 de marzo de 2015

Los Palacios y Centros de Convenciones entre el negro y el rojo.

Julio Alonso Iglesias.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra convención como: Reunión general de un partido político o de una agrupación de otro carácter, para fijar programas, elegir candidatos o resolver otros asuntos.
La industria del turismo de reuniones creció el año pasado un promedio del 18 %, beneficiando ampliamente a los centros y palacios de convenciones, sin embargo este beneficio no ha sido para todos, algunos fueron ampliamente beneficiados debido a su ubicación y amplia conectividad, así como por disponer de una amplia gama de atracciones y servicios alrededor de los mismos.
Pero otros han operado con números rojos e incluso algunos desde que se inauguraron han sido elefantes blancos, debido a la miopía de algunos gobiernos estatales, de manera ingenua pensaron que al construir un palacio de eventos, haría que todos los servicios, la amplia conectividad y el desarrollo de infraestructura turística vendrían por si solos, y la realidad es que alrededor del 70 % de los centros de convenciones operan con pérdidas, fruto de una falta de visión y conocimiento del sector. 

Y hoy en día se siguen construyendo en poblaciones que no tienen vocación para esta actividad, es el caso del palacio de convenciones en Córdoba que se planea construir, producto de la locura de dejar un monumento a la estupidez de un gobernador en turno, en una población carente de conectividad e infraestructura turística de calidad, y peor aún el caso de Xalapa, donde se busca adaptar un velódromo nuevo recientemente inaugurado para los pasados Juegos centroamericanos y del Caribe, en un world Trade Center, a pesar de que carece el inmueble de estacionamiento, además de escasa infraestructura hotelera digna para la gente de negocios  y de una adecuada conectividad, ya que el aeródromo actual es para los aviones de la elite Veracruzana, que no conoce del hambre y la miseria del pueblo Veracruzano.
Sin duda alguna el ego y la locura de un gobernador Veracruzano pueden llevar más rápido la economía al precipicio.

Por casos como lo anterior, existen actualmente en el país más de 80 recintos de convenciones, la gran mayoría viviendo del subsidio estatal, esto es a costa del erario público.
Si de verdad existe un interés por desarrollar el turismo estatal Veracruzano, es importante que El Gobernador Duarte, tenga un mínimo de humildad, aunque ya esté de salida, y contratar verdaderos especialistas en el área de turismo y dejar de usar las dependencias de turismo como lugar de colocación de amigos, queridas ( y queridos) y recomendados., solo así Veracruz tendrá una esperanza de un futuro mejor.
La reflexión es suya, hasta la próxima.

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