sábado, 13 de diciembre de 2014

CONSULTORIO DENTAL

Dr. Andy Escribano Pérez
HABITOS ANOMALOS
Los seres humanos presentan infinidad de hábitos orales, como la succión digital y el chupeteo pueden modificar la posición de los dientes y la relación y forma de las arcadas dentarias. Los hábitos de la presión interfieren en el crecimiento normal y en la función de la musculatura orofacial. Es un hecho que una presión de sólo 50 mg durante un periodo de 12 horas provoca un desplazamiento considerable de un diente.
Este hábito trae como consecuencia una maloclusión que va acompañada de un gran resalte incisivo, aunque también puede aparecer como una variante o sustitución de la succión digital. En la mayoría, el labio inferior es el que se encuentra implicado, aunque se han observado hábitos de mordisqueo del labio superior.
La interposición repetida del hábito inferior entre ambos incisivos da como resultado una protusión superior, una lingualización del frente incisivo mandibular, con el consiguiente incremento del resalte y una mordida abierta anterior.
El uso del chupete es un hecho frecuente en la mayoría de los niños menores de dos años de edad.
Durante la dentición temporal, el uso continúo del chupete esta siempre asociado con la presencia de una mordida abierta anterior y a menudo de una mordida cruzada posterior.
La mordida abierta anterior es consecuencia de una inhibición del crecimiento vertical de la porción anterior de la apófisis alveolar. El efecto suele ser transmitorio y cuando cese el hábito se restablece el contacto incisal en un corto periodo de tiempo.  
La alta incidencia de mordida cruzada posterior observada en los niños pequeños con hábitos de chupeteo es debida probablemente, al incremento de la actividad muscular de las mejillas, combinada con la falta de soporte y presión lingual sobre los caninos y molares superiores debido a que la lengua se desplaza hacia atrás y hacia abajo ante la presencia del chupete en la cavidad oral.
La mordida cruzada posterior de un niño con hábito de chupete no implica que los dientes permanentes necesariamente hagan erupción en esta posición. Se ha observado que más de la mitad de 75 niños con uso prolongado de chupete a la edad de 4 años no presentaban ningún tipo de maloclusión en su dentición permanente. La razón de este hecho se atribuye a que el hábito desaparece mucho antes de la erupción de premolares y caninos. Incluso en los casos en los que el hábito persiste después de la erupción de los primeros molares, su efecto en la posición transversal no parece ser significativa; parece que el chupete no llega más allá del nivel del segundo molar temporal permitiendo a la lengua ocupar la porción posterior de la cavidad bucal y proporcionar a los molares el soporte necesario y la estabilidad transversal del arco.
La interposición lingual se caracteriza por la interposición de la lengua entre las arcadas dentarias en el acto de deglutir dando como resultado la protusión de ambos incisivos y la mordida abierta.
Dr. Andy Escibano Pérez Consultas Matías Romero No.4
TEL.- 94-2-22-31 Y CEL.- 294-105-63-64.

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