Arturo Reyes Isidoro
Internet
desplaza a la prensa escrita
Según una nota del diario El Universal del pasado 24 de noviembre,
las empresas están incrementando el presupuesto que asignan a su publicidad y
promoción hacia Internet ya que es un medio más barato, medible y llega a mayor
cantidad de personas.
De acuerdo con Pablo Pozo, director creativo
de Lunave, agencia de marketing digital, el incremento de la
publicidad en Internet ha rebasado las expectativas de la industria. Al
respecto, expresó:
“Internet ya es el tercer medio en
importancia para las marcas y está apenas abajo en 53 millones de pesos con
respecto a la radio. Hace año y medio la AMAI (Asociación Mexicana de Agencias
de Inteligencia de Mercado y Opinión) hizo la proyección de que la web se iba a convertir en el segundo
medio en importancia para 2015, pero parece que va a llegar dos años adelantada
y sin duda alguna el próximo año online va a ser el segundo medio en
importancia”.
De acuerdo a la nota, alrededor de 80 por
ciento de las empresas aumentarán el presupuesto que asignan a publicidad por
medio de la web, que irá entre el
tres y el 10 por ciento de sus recursos publicitarios, de acuerdo con cifras
del estudio Marketing Digital y redes sociales en México 2013 de la Asociación
Mexicana de Internet (Amipci).
Por su parte, en su encuesta del mes de
noviembre, Consulta Mitofsky, con el título “México: lo que gusta y disgusta de
un periódico”, dio a conocer resultados que debieran ser preocupantes para los
editores de periódicos impresos pues su medición indica que en promedio los
mexicanos leen apenas 1.2 días el periódico en una semana, mientras que más de
6 de cada 10 no lo lee un solo día y sólo el 4 por ciento dice leerlo todos los
días.
A partir del segundo semestre de este año,
una vez que pasaron las elecciones del 7 de julio, sorpresivamente en el
Gobierno del estado decidieron reducir drásticamente los montos económicos de
los acuerdos que tenían con la mayoría de los periódicos impresos del estado y
en algunos casos de plano los eliminaron. Hasta entonces, la mayoría de esos
medios vivió de los recursos provenientes de las arcas oficiales. Las
consecuencias no se han hecho esperar. Recién, una agencia informativa que
forma parte de un consorcio que también tiene algunos diarios despidió a un
considerable número de trabajadores, algunos de los cuales tenían muchos años
laborando como reporteros.
Hacia afuera, lo que se ha manejado es que se
decidió racionalizar los recursos porque era cuantiosa la suma que se gastaba
en medios, y hacia adentro, lo que se comenta es que una empresa (del ex vocero
presidencial de Vicente Fox, Rubén Aguilar) hizo un estudio de imagen de los
funcionarios y de medios en el estado y que cuando el titular conoció los
resultados se fue para atrás: prácticamente los veracruzanos no conocían a los
secretarios de despacho y menos sabían lo que hacían, se gastaban cientos de
millones de pesos en periódicos sin ningún provecho y, con sus excepciones,
casi ningún periódico impreso se lee y muy contados columnistas hacen
verdaderamente opinión. El estudio arrojó que en cambio se ven mucho los
noticiarios de televisión y se escuchan muchos los de la radio, y a esos son a
los que se les continúa dando la publicidad.
Así las cosas, el panorama para los
periódicos impresos del estado, con sus excepciones, parece ser nada halagador y todo indicaría que están
entrando ya en una crisis económica, que se traduce en despido de personal, que
puede poner en peligro su permanencia, lo que por otra parte es una tendencia
mundial, pues muchos periódicos, algunos con gran tradición, lo mismo en
Estados Unidos que en Inglaterra, han cerrado ya sus puertas y otros han sido
comprados por empresas que los encaminan a ediciones digitales.
En la aldea local, la crisis de lectores
tiene otro gran ingrediente: la mayoría de los impresos prácticamente están
convertidos en reproductores de boletines del Gobierno, adolecen de reporteo
propio y cuando lo tienen se autocensuran, no ejercen la crítica, evitan
cualquier señalamiento o denuncia ciudadana, mantienen a la orden del día la
censura y en lo que menos piensan es en prestar un verdadero servicio a sus
lectores, que es decir a los ciudadanos.
En esta crisis que ya toca la puerta de
varios medios son muy pocos los periódicos que transitan con éxito debido a su
apertura, a su línea independiente y crítica, a que dan cabida a la denuncia
ciudadana, a que hacen señalamientos contra la mala actuación de políticos y
autoridades y a que no están atenidos a convenios o acuerdos económicos
publicitarios oficiales, lo que les da lectores porque tienen credibilidad y
por lo tanto son leídos y los prefieren los anunciantes. Los hay y varios en el
estado.
Si los medios que no lo están no se
profesionalizan, esto es, no ejercen un periodismo independiente y se aferran a
continuar atenidos a los que les dé el Gobierno y a continuar sólo como
reproductores de boletines de prensa oficiales, sin duda les espera un futuro
complicado, máxime cuando ya las redes sociales están cubriendo el vacío que
dejan entre sus lectores, que cada vez más, en forma creciente, se dan cuenta
que no necesitan comprar ningún impreso, como era obligado antes, para estar
bien informados, incluso ahora hasta con la facilidad para replicar, corregir,
desmentir, señalar, denunciar y aportar sus dosis de verdad y de opinión.
La crisis de los impresos se puede agravar
con la reforma política electoral pues hay un gran reclamo general para que se
fiscalice la entrega de publicidad, de tal forma que todo aquel medio que no
justifique seguramente se quedará ya sin su tradicional tajada.
Adicionalmente, otros datos interesantes: de
acuerdo a Mitofsky, para quienes leen periódicos, las secciones que más
menciones obtienen un “Le gustan” son la policiaca (41%), después la política
(32%) y los deportes (31.6%). Y las que no gustan, son encabezadas por sociales
(32%), espectáculos (23%) y deportes (19%).
Creo que al final lo que está pasando habrá
de beneficiar a los lectores, pues los medios con tal de ganárselos y tener presencia para sobrevivir se habrán
de volver competitivos, o sea, harán lo que recomiendan todos los códigos
deontológicos del periodismo: actuar con apego a la verdad. Eso y nada más que
eso es lo que esperan los lectores, lo que por otra parte no es nada difícil de
cumplir. ¿O sí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario