viernes, 6 de diciembre de 2013

Articulo Manifestaciones, dispendio y egocentrismo hijos de la misma corrupción.



Julio Alonso iglesias.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la palabra manifestación como: Acción y efecto de manifestar o manifestarse. Reunión pública, generalmente al aire libre, en la cual los asistentes a ella reclaman algo o expresan su protesta por algo.
Resulta molesto para el ciudadano común, el cierre de calle solo ocasiona la protesta de la ciudadanía común y genera repulsa al movimiento o causa de los que bloquean calles (especialmente en Xalapa, donde la ausencia del ordenamiento urbano, tiene de cabeza a la capital Veracruzana a pesar de que existe una oficina de ordenamiento municipal, donde cobra un grupo de funcionarios parásitos, bajo la protección de la presidenta municipal y ediles oportunistas que la acompañan).
Sin duda alguna existen las manifestaciones que son genuinas, de gente que está harta de la corrupción gubernamental, de promesas de diputados de mala muerte vividores del presupuesto público que tanto abundan en el congreso y del abandono gubernamental.
Pero también frecuentemente los líderes de muchos de estos movimientos son pagados por algún político frustrado o de la oposición e incluso puede ser fuego “amigo”, y como ejemplo tenemos la “famosa” toma por un día de las instalaciones de la USBI de Xalapa, que buscaba bloquear el informe de rectoría y que por torpeza de un supuesto parista encapuchado, se le cayeron comprobantes de alimentos y equipo para levantar y sostener el “paro” manipulado, y con esto delatarse y caerse el numerito. 
En otros casos estos líderes las organizan para pedir dinero bajo mano a las autoridades y privilegios para su familia (como notarias, que ya en Veracruz uno duda de su integridad profesional, entre otros huesos).
Resulta de risa las manifestaciones que se hacen en frente del palacio de gobierno Veracruzano, ya que no tienen ningún efecto, y esto lo saben los líderes sindicales paleros del gobierno en turno, ya que si de verdad quisieran que impactaran estas manifestaciones, se deberían hacer en frente de Casa Veracruz, convertida hoy en día en un verdadero bunker, donde vive y trabaja el gobernador del Estado de Veracruz, y donde está casi el total (alrededor de 200 personas) del personal de la oficina del gobierno del estado, ya que de otra manera, en el Palacio de gobierno, manda a sus “gatos” de confianza a simular que atiende las peticiones del pueblo Veracruzano, o lo que es lo mismo darles atole con el dedo.
En un Veracruz, que tiene a millones de veracruzanos en la pobreza y la egolatría de un gobernador que quiere por sus pistolas hacer los juegos centroamericanos y del caribe (de países del tercer mundo) para pasar a la historia como un promotor del subdesarrollado deporte estatal, y de paso construir elefantes blancos que solo promueven el “diezmo famoso” de las obras que pagan las constructoras para los funcionarios corruptos que se enriquecen a costa del pueblo Veracruzano.
Deporte que si quisiera desarrollar de verdad el gobernador, sería mejor que construyera 212 gimnasios municipales equipados y 212 albercas con pozas de clavados municipales para que aprendieran millones de veracruzanos a nadar ya que es una vergüenza que un estado con una enorme costa y muchos ríos, tenga una enorme población que no sabe lo básico para nadar, y no un costoso velódromo con riego de ser modificado para hacer un World Trade Center (esto es, un futuro elefante blanco).
Obras reales que beneficien a la población y no obras faraónicas para el egocentrismo es lo que requiere el Pueblo Veracruzano.
La reflexión es suya, hasta la próxima.

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